El imperativo de la JUNTA DE ELEFANTES: las trompetas del Parlamentarismo vs el Asamblearismo

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La Junta de Elefantes (Junta Electoral) trató de levantar el 21 de
mayo las acampadas y protestas que se venían dando en más de 57
ciudades. Para tal decisión alegaron que estábamos haciendo una contra-
campaña al PPSOE; cuando realmente se dio un debate que iba más allá
de esas payasadas que suelen balbucear ininterrumpidamente los
cadáveres en los medios de incomunicación. La cuestión era otra:
TENÍAN MIEDO.
Temían que el sistema parlamentario se cayera a pedazos, temían que no
fuéramos a votar; temían que la gente se diera cuenta de que podía
autorganizarse, reunirse y tomar decisiones sin un Parlamento; temían
que la gente se diera cuenta de que con una plaza, SOL, se bastaban;
temían que en reuniones sin escaños, sin presidentes de cámara, sin
negocios, sin populismo y sin más tipos de liderazgo la gente pudiera
coordinarse y entenderse.

Ahora, la Junta de Elefantes ha declarado como Zurumbático Espacio
(Zona Electoral) tanto Sol como otros lugares simbólicos para
nosotros, creen como aquel otro que “la calle es suya”. Han blindado
Callao (donde se hizo el reclama las calles que tuvo como resultado
las primeras  22 personas detenidas desde el 15 de mayo); han blindado
Plaza de Castilla (donde siempre vamos cuando hay un juicio de
nuestros compañeros). Sin duda van a por nosotros; suenan las
trompetas de su miedo.

Al pretender usurpar el espacio del pueblo para donárselo a los Pulpos
Pesados (Partidos Políticos) han extendido el cáncer de la democracia
(la campaña electoral) a todos los rincones, sumergiéndonos en un
Estado de Excepción, como bien han dicho los compañeros de la Comisión
de Legal de Acampada Sol. O en otros términos, pretenden enajenar la
política de las plazas para imponer su sucedáneo de política
profesional y corrosiva. Sin duda temen que no les creamos; temen que
nos les escuchemos.

¿Qué pretenden con eso?  ¿Quizás creen que pueden pescar unos cuantos
cientos de votos arañados del 15-M? ¡Andan listos estos Pulpos! Parece
que no comprenden el grito lanzado por las personas el 15 de octubre.
¡QUE NO, QUE NO NOS REPRESENTAN!  Sin duda temen que no demos de comer
(votemos) a los políticos; temen asumir que no nos representan; pero
sobre todo temen que la práctica de una política común, horizontal y
asamblearia les mande a todos al paro.

Lo que se pone en cuestión es que el Parlamentarismo y el
Asamblearismo son elementos opuestos.
Frente a la política parlamentaria que nos  impone la reducción de
nuestro  pensamiento  a un voto (como si fuera posible); las asambleas
priman la racionalidad del pensamiento y el desarrollo argumentativo
de los individuos.
Frente al parlamentarismo que nos limita a “hacer política” 1 vez cada
4 años y nos fuerza a delegar en una minoría que acumula poder sobre
las personas; las asambleas incitan a hacer política todos los días
del año entre todas y todos, sin que haya nadie por encima de nadie,
sin que haya poder.
Frente a los parlamentarios que se mueven por intereses  propios y se
rigen por disciplina de partido; las Asambleas se rigen por el interés
colectivo y se desarrollan por los debates entre personas, la
autocrítica y la crítica en libertad e igualdad.
Frente al parlamentarismo que limita la capacidad de decisión a una
Cámara de Pulpos y decide en los pasillos del Congreso negociando con
otros grupos parlamentarios para promulgar mandamientos; en la asamblea
prima que todos y todas las personas podamos decidir y tomar
decisiones tras un debate que crea pensamiento colectivo.

Así pues en tanto elementos opuestos el Asamblearismo y
Parlamentarismo “tarde o temprano desembocará en un enfrentamiento
entre ambas formas de organización”; más pronto que temprano la Junta
de Elefantes pretende enajenar la política de nuestras plazas
blindándola para los mítines de los políticas profesionales. Por
naturaleza es normal que la Junta de Elefantes proteja el
Puercoelemento (Parlamento) en detrimento de formas horizontales de
organización asamblearia.

Quien permite el abuso, ordena que se haga, por eso  nosotros no
daremos tregua : el asamblearismo vuelve a Sol.
¡Sus mítines no nos representan!