ANTE LA LEY. ASAMBLEA DE POLÍTICA A LARGO PLAZO, JUEVES 9 DE ENERO 19:30, EN LA MORADA
LAS LEYES: Se inventaron en el arranque de la Historia, hace unos 10.000 años, con la escritura. Aunque a veces se impongan por canturreo a tribus analfabetas (y hoy día por machaqueo de eslóganes de los Medios), las leyes son por esencia escritas: tratan de fijar lo que pasa, que todos los pasos y gestos que se den estén ya previstos en las leyes: que no pase nada más que lo que ya ha pasado.
Y de entonces para acá perdura ese loco intento del Poder (patriarcal –no hay otro): vez tras vez se comprobaba que no hay manera de sujetarlo todo, que siempre había escapes y se hacían cosas que ni eran obediencias a la ley ni delitos previstos en las leyes: no importa: lo único que eso hacía es que las leyes se multiplicaran de más en más, a atrapar en la red de casos cada vez más menudos todas las posibilidades y sorpresas, hasta llegar con el último Progreso a la proliferación ingente de leyes, planes, reglamentos, que hoy invade el mundo; y que tampoco va a darle al Régimen su seguridad total, pero que, al embutir y apestar vidas y conversaciones con tiquismiquis legales, consigue (que es lo que al fin la Ley quería) que cada vez le quede a la gente menos sitio para vivir o que le pase algo.
Todas esas leyes eran falsas, llevaban la trampa en sus entrañas, mera farfolla y garrapateo de mentiras sobre el Tiempo, aunque impuestas con la seriedad y la ira de Dios mismo. Pero, en cambio, hay otras leyes que rigen de verdad a la Administración y los Poderes, como son éstas:
I Nunca ordenar ni proponer nada que pueda atentar al movimiento y crecimiento del Capital.
II Contar la mayoría por ‘todos’; lo demás, por ‘nada’.
III Que cada uno crea en sí mismo: uno que tenga dudas queda sin más fuera del Reino.
Esas leyes, lector, y más que seguiría sacándote, no hace falta escribirlas: cada sirviente del Poder las tiene escritas en el alma, y todos las obedecen sin chistar, como un solo hombre.
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Verdad verdadera