Los Parlamentos no sirven (2) #ILPRealYa

Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón
Céline

El frente populista ya tiene marca electoral: Unidos Podemos, con el aval de Julio Anguita, se presenta como la primera alternativa real de gobierno de izquierdas desde el Frente Popular del 36. Ahora que ya tenemos borrador del programa de la coalición [1], suponemos que aún sujeto a observaciones, queremos destacar las notables diferencias que se apreciarán a simple vista con el programa del 36 [2].

Detalle del programa del Frente Popular en 1936

El punto número uno del Frente Popular era la amnistía, el cual podría tener una equivalencia, en la situación actual, con la anulación de los procesos represivos abiertos desde al menos el 15 de mayo de 2011 [3], la excarcelación de las personas presas por luchar, y en general en el fin de la dispersión y la vuelta a los parámetros del derecho constitucional. No es sólo de Unidos Podemos la culpa de que incluir un punto semejante en su programa sea impensable, no les faltan razones pragmáticas, ni nadie se las exigirá, para ello ya tenemos a la carcundia mediática del régimen que se los merendaría en cinco minutos. Pero no deja de resultar significativo hasta donde puede llegar este pragmatismo, como vimos en el “caso de los titiriteros” por parte del Ayuntamiento de Madrid [4]. Y entonces, ¿Qué ha pasado, para que la razón principal del triunfo electoral del Frente Popular en las urnas en el 36, la amnistía, se considere ahora la razón principal para su fracaso? ¿Qué nos ha pasado? Y sobre todo, ¿Cómo revertirlo?

¿De veras queremos revertirlo? Sabemos que algunos semejantes se encuentran presos, son embargados o reprimidos por razones políticas, pero a la mayoría les resulta más cómodo creerse los montajes policiales que los inculpan, mientras el resto les damos la espalda. No son sólo las presas: los llamados “Ayuntamientos del cambio” no vienen cambiando nada más que el atuendo informal que ahora lucen para tratar de representarnos, los desahucios siguen, sigue la burorrepresión, Sol sigue siendo un apellido de Vodafone, sus fuerzas represivas siguen teniendo el mismo aspecto intimidante y nos siguen reprimiendo por combatir la especulación [5], aun cuando estos mismos alcaldes han sufrido en el pasado esa misma represión [6]. Y mientras seguimos creyendo sus mentiras [7] o mirando a otro lado, para más vergüenza nuestra, cuando aún no hemos sido capaces de organizar una caja de resistencia de apoyo a nuestras compañeras represaliadas allá donde el gran trabajo de Legal Sol no pueda llegar tras las leyes mordaza [8].

Quizá no pueda ser de otra manera si no somos capaces de limpiar el cristal ahumado de la ventanita por la que nos obligan a mirar, o no tenemos el valor de romperlo cuando el humo viene del otro lado. Si la marca electoral es una herramienta para el cambio, pero el pragmatismo preciso para acceder a esta herramienta no puede demostrar empatía por los que precisamente luchan en la calle y sufren la represión por ese cambio, por la ruptura definitiva con el franquismo y su secuela, quizá no se trate de un cambio. Quizá la marca electoral, las elecciones periódicas y los parlamentos, no sean la herramienta correcta, no sirvan como herramientas de cambio y sólo sirvan para entretenernos creyendo en un cambio mientras preparan la próxima estrategia para saquearnos.

No creemos que nadie sea consciente de lo que hace cuando delega en una opción política en unas elecciones a representantes en las actuales circo-unstancias, pues nadie díspone de suficiente información. Comprendemos a quienes sucumbirán al chantaje electoral y votarán tapándose la nariz, o para echar al que ya está porque nos tiene quemadas, o porque se creen un programa que no están obligados a cumplir, o porque les han dicho que es más útil un voto que el otro, o porque cree que si no vota su voto irá al PP… aunque sepa que con su voto o a pesar de él muchas personas seguirán entre rejas o sometidas a torturas [9]. Nadie está bien informado no ya de lo que harán con su voto sino de de lo que supone el propio voto, del alcance de esa delegación y, sobre todo, de que delegar es inutil e innecesario para hacer lo que queremos. Porque si no se atreven ni a soñar con cosas tan razonables como la amnistía, lo que tienen que hacer es echarse a un lado y dar paso a la Vía Asturiana [10] para liberar nuestras herramientas, las únicas que sirven para hacer lo que queremos las personas: libertades políticas, las herramientas de las asambleas [11].

¡Todas por una Iniciativa Legislativa Popular sin restricciones, la llave de todas las luchas! [12]